Jean-Yves Ollivier fue, entre bastidores, el cerebro del protocolo de Brazzaville [1988] que allanó el camino hacia el fin del Apartheid y la liberación de Nelson Mandela. Es el único extranjero que ha recibido los máximos honores de Sudáfrica, primero en 1987 por organizar el primer y más importante intercambio regional de prisioneros, y después de manos de Nelson Mandela en 1995 por su contribución a la paz. Jean-Yves Ollivier ha hecho carrera como comerciante de materias primas en China, Oriente Medio y África, y se ha dedicado a título privado a la mediación internacional, utilizando sus contactos profesionales al servicio de la paz. Entre otras muchas mediaciones de paz en las que ha participado, Jean-Yves Ollivier desempeñó un papel importante en las negociaciones que facilitaron la salida del mercenario Bob Denard de las Comoras en 1989 y en las conversaciones de Sun City que condujeron al reparto del poder en la República Democrática del Congo (RDC) en 2002. También desempeñó un papel en la reconciliación entre Uganda y Sudán, allanando el camino para la independencia de Sudán del Sur en 2011. Deseoso de trabajar en la comunidad filantrópica, en 2015 fundó la Fundación Brazzaville, dedicada a apoyar iniciativas africanas en los ámbitos de la paz, el medio ambiente y la salud. En reconocimiento a su contribución a la paz, Jean-Yves Ollivier recibió varias distinciones de Francia y de varios países africanos.